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¿Por qué los mexicanos no hacemos suficiente ejercicio?

María Eréndira Hermosillo Gallardo, doctoranda en la Universidad de Bristol, Reino Unido, determinó que en México los altos niveles de urbanicidad —interacción entre las personas y la urbanización— implican una significativa disminución de la actividad física. A través de una escala de valores que desarrolló para cada estado de la república, identificó que a mayor urbanicidad, hay menor actividad moderada y vigorosa.

A través de su artículo The associations between urbanicity and physical activity and sitting time en Mexico, publicado en el Journal of Physical Activity and Health, reporta que a diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados, en aquellas ciudades de México con mayor urbanización y urbanicidad, el nivel de actividad física es reducido, muy por debajo de lo recomendado por la Organización Mundial de Salud (OMS) —150 minutos por semana de actividad moderada o 75 minutos por semana de actividad vigorosa.

Pese a ello, documentó que en aquellas ciudades donde existió una estrategia de planeación urbana, la actividad física es mayor entre los adultos; no obstante, los niveles de ejercicio se mantienen por debajo de los recomendados por la OMS; asimismo, que los jóvenes realizan niveles todavía más bajos de ejercicio.

Entretanto, en aquellas zonas con menor nivel de urbanicidad, ciudades donde existió menor planeación en el proceso de urbanización, las personas —jóvenes y adultos— realizan muy poco ejercicio o no lo realizan.

¿Cómo determinó la urbanicidad?

Para determinar los niveles de urbanicidad utilizó siete parámetros que son: aspecto demográfico, actividad económica, entorno —servicios—, acceso a herramientas de comunicación, educación, diversidad —características de la vivienda— y salud.

“El primer paso que di fue definir la mejor forma de medir la urbanicidad, porque hasta la fecha se determina a partir de la división en localidad urbana o rural; sin embargo, en medio hay muchos entornos que no necesariamente obedecen a uno u otro. Es muy difícil asociar solo dos medidas a la actividad física, se pierde mucho en medio de esos dos escenarios y por eso la necesidad de determinar otros niveles de urbanicidad”.

¿Por qué en México la urbanicidad no deriva en mayores niveles
de ejercicio?

Para determinar el porqué en México la urbanicidad no está asociada positivamente con los niveles de actividad física, la investigadora comenzó a trabajar en una segunda etapa, durante la cual tratará de medir los niveles de urbanicidad del ambiente inmediato en el que la persona vive, es decir, ya no se asociará el nivel de urbanicidad de su estado a la actividad física, sino un nuevo valor con base en las características de su colonia, escuela o lugar de trabajo.

“Para esta nueva etapa del proyecto dejé a un lado los datos de Inegi y Ensanut y fui a levantar mis propios datos, consideré estudiantes de escuelas públicas —Cetis de la Ciudad de México y Oaxaca—. Realicé un cuestionario sobre su actividad física y levanté información de las colonias donde vivían”.

De ese modo, la investigadora logró asignar un valor único de urbanicidad a los estudiantes encuestados para después asociarlo con sus niveles de actividad física.

“Actualmente me encuentro en una etapa de análisis de esos datos pero hemos identificado de manera preliminar que la relación entre el entorno urbano y la actividad física reportada en el primer artículo, podría invertirse para este segundo porque la planeación urbana debe ser distinta si se trata de jóvenes o adultos”.

Fuente:Agencia Informativa Conacyt

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