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La leche materna, un líquido vivo

Ciudad de México. 3 de mayo de 2018.- Belén Castillo amamantaba a su bebé cuando un guardia de seguridad le pidió que se cubriera. La joven se extrañó porque su pecho no estaba descubierto, ¿le estarían pidiendo que tapara también el rostro de su hijo? Al parecer, en el museo en que se encontraba, era correcto apreciar la pintura del primer desnudo total femenino realizado en México, pero el pecho de una madre amamantando era ofensivo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños menores de seis meses sean alimentados exclusivamente con leche materna, y continúen amamantando al menos hasta los dos años de vida. Pero en México existen diferentes obstáculos, desde los individuales hasta los socioculturales, que dificultan la lactancia materna exitosa.

De hecho, según la Encuesta Nacional de Salud 2012 (Ensanut), solo 14 de cada cien niños mexicanos menores de seis meses habían sido amamantados exclusivamente con leche materna, una de las cifras más bajas en todo el continente americano, solo por arriba de República Dominicana. Esto a pesar de que la lactancia materna ha comprobado ser benéfica para la salud de los niños y de sus madres.

Un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) concluye que en 2012, la lactancia materna inadecuada contribuyó a la muerte de hasta cinco mil 796 niños menores de un año. Además, otro estudio del mismo instituto, dirigido por la investigadora Mishel Unar Munguía, señaló que si 95 por ciento de las mujeres alimentara a sus hijos solo con leche materna por seis meses y continuara la lactancia por un año o más, se evitarían nueve mil 936 casos de cáncer de mama y dos mil 186 muertes de mujeres por la enfermedad.

Los resultados de la investigación señalan que una lactancia materna inadecuada contribuye en mayor porcentaje a la pérdida de años de vida por cáncer de mama en las mujeres.

La leche materna, un tejido vivo

La leche materna es el alimento perfecto para los recién nacidos, contiene todas las vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y grasas de fácil digestión que necesita. Pero no solo eso, la leche materna le proporciona al lactante factores de crecimiento, anticuerpos y otras sustancias que favorecen su sistema inmune. A través de la leche, la madre nutre y ayuda a fortalecer las defensas del niño.

“La leche materna se considera un tejido vivo, un líquido vivo, porque se adapta a las necesidades de cada recién nacido y conforme pasan las etapas de vida de los niños, la leche materna se va modificando según sus requerimientos. Entonces no es verdad que la leche materna después de un mes, de dos o de tres ya no sirva. La leche materna siempre está en continuo cambio y siempre le va a ser benéfica al niño o al bebé recién nacido”.

A la leche que la madre produce en los primeros días de vida del recién nacido se le llama calostro y es más rica en grasa y en proteínas que la leche madura, que se produce entre 15 y 20 días después del nacimiento del bebé. Cada 100 mililitros de leche materna madura contienen entre 0.9 y 1.2 gramos de proteína, entre 3.2 y 3.7 gramos de grasa y entre 6.7 y 7.8 gramos de lactosa, el carbohidrato principal de la leche. Estos macronutrientes dan al lactante entre 65 y 70 kilocalorías por cada 100 mililitros de leche.

La composición de vitaminas en la leche materna es variable según la dieta de la madre, pero incluye las vitaminas A, B1, B2, B6, B12 y D, además de vitamina K en bajas cantidades.

La lactancia evita muertes infantiles

Cuando los niños no son amamantados, tienen mayor probabilidad de enfermar de diarreas, infecciones respiratorias, infecciones de oído y enterocolitis necrotizante, una enfermedad grave del recién nacido donde el intestino grueso se inflama y el tejido que reviste al órgano muere. Incluso su riesgo de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante o muerte de cuna, aumenta.

Fuente: Agencia Informativa Conacyt

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