CULTURAPORTADA

En Kenia, buscan mejorar la vida a través de la música

05 de diciembre 2017.- NAIROBI, Kenia – Aunque Faith Syovata casi no tenía voz debido a un resfriado, sus alumnos escuchaban con atención cada una de sus palabras casi susurradas. Con los violines debajo de sus barbillas, los chicos de 14 años de la Escuela Primaria Kawangware tenían el arco listo para cualquier movimiento mientras ella señalaba notas musicales en la pizarra.

Cuando los estudiantes comenzaron a tocar, la música sonaba un poco fuera de tono, pero eso no se interponía entre su pasión y entusiasmo al ejecutarla. Tres veces a la semana y durante dos horas, estos veintitantos jóvenes —así como un grupo de niños que los adolescentes ayudan a dirigir— tienen clases de violín como parte de El Sistema Kenia (ESK). Este nombre proviene del programa musical El Sistema, una iniciativa de acción social fundada en Venezuela por José Antonio Abreu, un economista y director de orquesta, en 1975.

Con los años,El sistema de Venezuela se ha convertido en un programa social cuyo objetivo es ayudar a los jóvenes en situaciones vulnerables a través de la enseñanza de la música, y ha inspirado a personas dedicadas a la educación musical en todo el mundo.

Para los adolescentes de Kawangware, un barrio pobre al oeste de Nairobi, las clases son algo que esperan con ansias todas las semanas. Gibson Gathiru, un chico con ojos grandes, de baja estatura y delgado, dijo que se quedó sorprendido cuando le mostraron un violín por primera vez. “Era el primer instrumento que quería conocer”, dijo.

Asha Ibrahim dijo que cuando sus padres se enteraron del programa, que comenzó en septiembre de 2014, “pensaron que era algo tonto”. Sin embargo, contó que con el tiempo han cambiado de opinión. “Este es un sitio muy ordinario”, dijo sobre su vecindario. “¿Quién iba a decir que aquí podría surgir algo como este tipo de música?”.

En enero comenzará un nuevo programa en Juja, a unos 30 kilómetros de Nairobi, donde veinte niños de entre tres y 12 años de un orfanato local aprenderán a tocar la flauta y cantar en un coro. “Los niños han sido lo más divertido”, dijo Elly Owidi, una maestra de clarinete que ayuda a coordinar el programa en Juja, vía correo electrónico. “Su energía, su compromiso, su interés y crecimiento es lo que me hace continuar”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *