Los ecologistas lo llaman el “Titanic nuclear” o el “Chernobyl flotante”
La agencia de Rusia encargada de la energía nuclear, Rosatom, lanzó al mar desde San Petersburgo el pasado 28 de abril la primera central nuclear flotante del planeta, bautizada como «Akademik Lomonosov», (Académico Lomonósov), que tiene como destino final la ciudad de Pevek, una localidad de 200.000 habitantes en el extremo norte de la Siberia oriental y a 350 kilómetros del Círculo Polar Ártico.
La central nuclear flotante, cuya construcción llevó 11 años, navega remolcada sobre un buque de 140 metros de eslora por el Mar Báltico y pasará cerca de ciudades como Helsinki, Estocolmo, Copenhague y Oslo, para seguir por el Mar del Norte hacia el puerto ruso de Múrmansk, donde le será suministrado el combustible nuclear.
Desde Múrmansk hasta Pevek hay 5.000 kilómetros de costa, que la central realizará con sus depósitos ya cargados de combustible nuclear.
Organizaciones ecologistas criticaron la creación de lo que consideran un peligro, aunque el gobierno ruso asegura que la plataforma por ahora no es más peligrosa que cualquier otro buque porque sus dos reactores nucleares están apagados y no llevará combustible hasta que llegue a Múrmansk.
Llevar energía a regiones remotas
Moscú defiende el proyecto diciendo que servirá para llevar energía a regiones remotas del país y cerrar centrales eléctricas de carbón, menos eficientes y mucho más contaminantes.
La finalidad de la central nuclear flotante es dar servicio, a partir del verano de 2019, a la ciudad de Pevek, a su polígono industrial y a las plataformas petrolíferas y gasísticas que se encuentran cerca de su costa.
Gracias a la llegada de esta central nuclear Pevek podrá cerrar su central eléctrica de carbón, una de las más contaminantes de la región.
Rusia también planea cerrar la central nuclear de Bilibino, construida en 1974 y cuyos cuatro reactores tienen menos capacidad conjunta que los dos de Académico Lomonósov.
Fuente: www.clarin.com
