24 de septiembre de 2024.- El paso de John por Guerrero y Oaxaca, que tocó tierra como huracán de categoría 3 a las 21.20 de la noche del lunes y se degradó a tormenta tropical a las 03.15 de la madrugada del martes, ha dejado al menos tres fallecidos y múltiples daños materiales en decenas de municipios a lo largo de la costa del pacífico mexicano, según la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado. Un deslave de tierra contra una vivienda en Tlacoachistlahuaca y otro en Malinaltepec son por el momento los únicos incidentes del temporal en los que se han registrado muertos, una mujer y un niño en el primero y una anciana en el segundo, de acuerdo con la prensa local. Salgado ha informado en la Mañanera, la conferencia diaria de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador, que ya hay 18.718 efectivos militares y civiles desplegados sobre el terreno, 170 refugios “listos y equipados para recibir a las familias” en la región de Costa Chica, así como “todo lo necesario para poder abrir los caminos y carreteras” que hayan quedado bloqueadas por John.
La región más golpeada es la Costa Chica de Guerrero, donde varios municipios han amanecido incomunicados ante el corte de las líneas telefónicas y sin suministro eléctrico. La fotografía que ha pintado la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, es la de un Estado con “incremento de niveles de agua”, carreteras colapsadas, árboles derribados, aludes, techos de lámina que han volado con los fuertes vientos de hasta 240 kilómetros por hora que se registraron durante la noche y otros daños relacionados. En todo el Estado se han suspendido las clases.
En Oaxaca, el huracán derribó árboles sobre la carretera de Santiago de Jamiltepec, excavó un socavón en San Pedro Pochutla, provocó deslaves en la carretera que une Pinotepa Nacional y Salina Cruz, así como en la que conecta Oaxaca y Puerto Ángel. No hay energía eléctrica en dos comunidades, El Tamal y Motillas, de Santiago Pinotepa Nacional, y los aeropuertos de Huatulco y Puerto Escondido se encuentran cerrados hasta nuevo aviso. Así lo ha informado Velázquez, que ha comparecido por videollamada en la Mañanera junto a Salgado desde una base naval en Acapulco, el centro desde el que se coordinarán las operaciones de rescate y limpieza.
El Gobierno asegura haber desplegado sobre el terreno de ambos Estados 18.718 efectivos entre militares del Ejército, la Guardia Nacional y la Marina, que han activado sus planes de emergencia, personal de Protección Civil, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y equipos del Gobierno de Guerrero. También cuatro helicópteros y 2.181 vehículos que se afanan en limpiar las carreteras, restablecer la luz y ponerse en contacto con las regiones incomunicadas. Las autoridades ofrecerán comida calienta a las cocinas comunitarias instaladas en ambos Estados y la Secretaría de Salud ha reforzado el suministro de medicamentos para evitar el desabasto que reinó en huracanes anteriores, como Otis, que devastó Acapulco y sus alrededores en octubre de 2023, hace casi un año.
“Solo pensé: vívelo y sobrevívelo”
Anne Soto ve desde la ventana de su casa Punta Cometa, un cerro famoso por sus atardeceres sobre Mazunte, uno de los principales pueblos turísticos de la costa oaxaqueña. Soto es una médica de 29 años de Ciudad de México, pero trabaja remotamente. La ruta de John pasaba sobre su residencia, pero el huracán acabó tocando el pueblo de refilón. “Lo que más me inquietó fue ver la dirección de las olas”, cuenta Soto desde lo alto de playa Mermejita. “Por lo general se mueven de izquierda a derecha viendo la playa de frente. La tarde de ayer iban de derecha a izquierda”.
Soto se había preparado para la llegada del huracán con alimentos como frutos secos, semillas y hojas, linternas, pilas extras. También desconectó sus aparatos electrodomésticos. “Pero, durante la noche, nada me despertó”. Bajar a Mazunte no le interesaba. “Yo tengo paneles solares y todo estaba cargado. En la civilización, las personas dependen de la luz de los cables”. Soto tiene una gata, Catalina, y prefería tenerla resguardada con lo que para ella era una decisión más segura que descender de lo alto de la montaña. “Solo pensé: vívelo y sobrevívelo”.
Antes de huracán, John nació el sábado a las 12.00 como una zona de baja presión frente a las costas oaxaqueñas. El domingo ya había evolucionado a Depresión Tropical “Diez-E”, 265 kilómetros al sur-suroeste de Lagunas de Chacahua, Oaxaca, a pocas horas de la casa de Soto, y 240 kilómetros al sur de Punta Maldonado, Guerrero. Para la medianoche los expertos ya lo llamaban tormenta tropical y se acercaba cada vez más a tierra. Fue ahí cuando recibió el nombre de John.
Con información de: elpais.com