Tipos de Familia que Existen y sus Características

Los 9 Tipos de Familia que Existen y sus Características
Existen distintos tipos de familia: nucleares, homoparentales, sin hijos, monoparentales, reconstituidas, extensas, adoptivas, de abuelos y de acogida. A continuación te explicamos sus características con detalle.
Las características de las familias actuales de México, España, Colombia, Argentina u otros países de Lationamérica son muy diferentes a las de hace cuarenta o cincuenta años, de igual forma que las familias de esa época eran muy diferentes a las de otros cuarenta o cincuenta años atrás.
tipos de familias ilustración
Y así sucesivamente hasta el origen de la humanidad. Es lo que podría definirse como la Evolución de los modelos de familia.
¿Qué es una familia?
Existen muchas definiciones de familia planteadas por estudiosos en la materia.
Pongamos como ejemplo la de Palacios y Rodrigo (1998):
“La familia es una unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia que se desea duradero, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia”.
Lo curioso es que, aunque procedan de disciplinas diferentes y se aprecien variaciones entre ellas, todas tienen en común que incluyen los siguientes elementos:
Los miembros del grupo: un hombre adulto, una mujer adulta, una pareja heterosexual u homosexual, los hijos de la pareja, etc.
Los vínculos entre los miembros: biológicos, legales, afectivos…
Las funciones.
Si atendemos a la definición dada como ejemplo, no es tan relevante la composición o estructura de la familia como las funciones que cumple y las relaciones que se establecen en ella.
¿Cuáles son los diferentes tipos de familia que existen?
En la actualidad, se pueden encontrar bastante diversidad en cuanto a los modelos familiares. Los diferentes tipos de familia se pueden clasificar en:
Familias nucleares
Las familias nucleares están compuestas por una pareja de adultos que se hacen cargo de uno o más hijos biológicos. Es por tanto la familia clásica.
Familias homoparentales
Son familias formadas por dos padres o madres homosexuales y uno o más hijos.
Hasta hace poco, cuando se hablaba de pareja de adultos, sobre todo en estos temas, se asumía que se trataban solamente de parejas heterosexuales.
El rechazo existente hacia esta modalidad familiar, predominante en ciertos sectores sociales, parte de las creencias que aún se tienen sobre las personas homosexuales y de las creencias arraigadas sobre los roles de género en la maternidad y paternidad.
Y así lo demuestran los prejuicios sociales más frecuentes que se han escuchado hacia este tipo de familias, como son, en general:
“Gays y lesbianas son personas insanas, inestables, incapaces de formar familia y carentes de habilidades parentales”.
“Estas familias viven aisladas, en guetos formados únicamente por homosexuales, sin redes sociales de apoyo”.
“Estos niños y niñas muestran un desarrollo psicológico alterado por carecer de los necesarios referentes masculinos y femeninos”.
“Estos niños van a tener muchos problemas porque sufrirán rechazo social”.
“Esos niños van a acabar siendo homosexuales también”.
“En ese ambiente, estos niños pueden sufrir abusos sexuales”.
Estos prejuicios aún perduran a pesar de las numerosas investigaciones y estudios realizados por importantes instituciones como la American Psychological Association (APA) o la American Academy of Pediatrics (AAP).
Estos demuestran que los hijos con padres del mismo sexo llevan una vida de lo más normalizada y que esto no influye de forma negativa en su desarrollo.
Es más, incluso hay datos que defienden todo lo contrario. Los hijos de parejas homosexuales cuentan con una mejor salud mental, más autoestima y roles de género más flexibles.
Esto se debe a que suele ser una maternidad y paternidad muy reflexionada, lo que les lleva a investigar sobre el desarrollo infantil, propiciando estilos educativos adecuados y un ambiente familiar en el que los hijos se sienten queridos y protegidos, a la vez que se alienta la autonomía e independencia.

Familias monoparentales
Esta modalidad de familia tampoco se libra de la crítica y la especulación, tanto en el caso de las mujeres solas como de los hombres, aunque estos últimos continúan estando en minoría.
Hace unos años, cuando se hablaba de familias monoparentales, el perfil más común era el de la madre divorciada que se tenía que hacer cargo de los niños en solitario porque el padre se había desentendido. También se daba el caso de muchachas adolescentes que se habían quedado embarazadas y, de nuevo, el padre biológico se había desentendido.
Hoy en día ese perfil ha cambiado un poco. Si bien es cierto que siguen abundando las madres divorciadas, en los últimos años se ha producido un aumento considerable de mujeres que han decidido ser madres en solitario a través de métodos de reproducción asistida.
Igualmente, son cada vez más los padres que tras el divorcio deciden quedarse con la custodia de sus hijos, reivindicando así su derecho a ejercer la paternidad en igualdad de condiciones que las mujeres.
Al igual que ocurre con las familias homoparentales, el tipo de familia monoparental cuenta con sus correspondientes creencias culturales y prejuicios referentes a los roles de género en su mayoría. Por ejemplo:
“Un hombre sólo no es capaz de criar a su hijo”.
“Los hijos están mejor con sus madres”.
“Estos niños y niñas muestran un desarrollo psicológico alterado por carecer de una figura paterna/materna”.
En el caso de las mujeres que deciden ser madres en solitario o terminan siéndolo porque no les queda más remedio, no se cuestiona tanto su capacidad como madre como el efecto que tendrán en los más pequeños la ausencia de una figura paterna.

Sin embargo cuando se habla de padres solos, las dudas sobre el adecuado desarrollo de los menores se disparan, basándose sobre todo en argumentos que cuestionan la capacidad y habilidad de los hombres para ser padres.
De hecho, para los padres divorciados es normal encontrarse con trabas tanto legales como de las propias madres de sus hijos, resultando bastante complicado que consigan la custodia exclusiva e incluso a veces hasta la compartida.
Todo esto resulta un tanto contradictorio para una sociedad que busca conseguir la igualdad de derechos y de roles entre hombres y mujeres.
Por otra parte, los estudios realizados sobre el desarrollo de los niños en familias monoparentales concluyen que son niños que crecen tan “normales” como cualquier otro.
Familias reconstituidas, ensambladas o compuestas
Esta modalidad familiar tal vez sea la que más abunda en la actualidad debido al gran número de divorcios que se producen.
Son formadas por ejemplo por los hijos biológicos del padre y los hijos biológicos de la madre. Son por tanto hermanastros que forman una familia por haberse unido sus padres tras separarse de sus anteriores parejas.
Familias de tres generaciones o extensas
Son las formadas por miembros pertenecientes a distintas generaciones que conviven juntos.
Por ejemplo, una familia formada por una pareja -padre y madre-, sus hijos y el abuelo.
Familias adoptivas
Una pareja o un adulto en solitario con uno o más hijos adoptados.
Estas familias son más comunes en los países desarrollados, cuyas familias tienen más recursos económicos para adoptar niños de su propio país o de otros.
Familias de acogida
Una pareja o un adulto en solitario decide acoger en su casa a uno o más niños hasta que encuentren un hogar permanente.
Este tipo de familia también es más frecuente en países de desarrollados. Por otra parte, son más frecuentes tras épocas de guerra, cuando los padres han muerto o no han podido huir de sus países.
Familias sin hijos
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Son las formadas por dos adultos, heterosexuales u homosexuales, que no tienen hijos, ya sea porque lo han decidido o porque lo han podido.
Familia de abuelos
Esta clase de familia se da cuando los abuelos cuidan a sus nietos, debido a que los padres los han abandonado, han muerto o tienen problemas de adicciones o legales.
Funciones de la familia
Al igual que se han propuesto definiciones variadas de concepto de familia, existen diferentes percepciones en lo que respecta a sus funciones.
Haciendo mención a una de ellas, Allard (1976) defiende que las que debe cumplir toda familia son las de cubrir las necesidades de tener, de relación y de ser.
Necesidades de tener: son los aspectos económicos, bienes materiales y educativos necesarios para vivir.
Necesidades de relación: hacen referencia a la socialización, a amar y a sentirse amado y aceptado por los demás, a la comunicación.
Necesidades de ser: no son más que el sentido de identidad y autonomía de uno mismo.
Aunque todas estas funciones son importantes, la literatura hace más hincapié en la relevancia de la familia como instrumento de socialización.
La socialización es el proceso por el que se adquieren las creencias, valores y conductas que una sociedad considera significativas. Es el medio con el que se regula la conducta de los niños y se controlan sus impulsos, ayuda al crecimiento personal del individuo y perpetúa el orden social.
Así, el entorno familiar es el primero al que los más pequeños pueden acceder para relacionarse y aprender estas cosas, por lo que es importante que la familia sea capaz de cubrir esta necesidad básica para el buen desarrollo de sus miembros.
La diversidad familiar
Que las familias han cambiado es un hecho. Y a la luz de los numerosos estudios e investigaciones, parece que el mayor problema que tienen cada uno de estos tipos de familia es el rechazo por parte de la sociedad en la que se encuentran. La cual, aún con datos científicos, a veces se queda estancada en sus creencias.
Porque cuando se produce algún cambio social, ante el desconocimiento, lo que se suele alegar es que va a tener consecuencias negativas, en este caso psicológicas.
Los prejuicios, los estereotipos, las etiquetas, el dar por hecho que el modelo tradicional es el único válido y lo que se sale de su rango es perjudicial… Todo esto no hace más que generar odio, malestar o violencia, propiciando lo que tanto se teme: los problemas psicológicos en las personas.
Ninguna persona es igual a otra, como tampoco ninguna familia es igual a otra: unas tienen perro, otras el padre/madre ha fallecido, otras viven con los abuelos…
Por ejemplo, un niño que crece con perros o mascotas en general aprende una serie de valores a edades más tempranas que otros que no lo han hecho, sin que esto merme las capacidades de los niños que crecen sin mascotas.
Es importante la normalización, tanto para los padres como para los niños. Sin ir más lejos, es necesario que los niños vean que en la escuela, que es su principal entorno de aprendizaje social, no son unos bichos raros porque en el material escolar solo se incluye a la familia formada por un padre, una madre y los hijos.
La sociedad no se da cuenta de que lo que se consideraba como “familia normal”, ya apenas existe. Lo normal, lo común, es la diversidad.

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