Muchas veces en nuestra familia vivimos en un lote o terreno donde nuestros padres hicieron su casa en aquellos años donde apenas nosotros como hijos veníamos en camino.
Pero ya de grande la familia crece, y nos otorgan una parte de aquel lote o terreno donde habitamos desde nuestra niñez. Al paso del tiempo queremos formalizar nuestra propiedad heredada, pero no sabemos por dónde empezar. El primer paso que debemos tomar, es la subdivisión del predio. Pero ¿qué es?
Es el acto mediante el cual se divide un predio en dos o más lotes; en donde los lotes resultantes cumplen con las dimensiones mínimas establecidas de acuerdo a su ubicación: para obtener el Título que acredite la propiedad de la cual somos dueños y quedar inscrito en el Registro Público de la Propiedad.
Se requerirá la autorización de la secretaría de desarrollo urbano correspondiente para llevar a cabo la subdivisión de predios, cualquiera que sea la ubicación de éstos en el territorio estatal o su condición urbana o rural.
Para que proceda autorizar una subdivisión, los lotes resultantes deberán tener frente a vía pública existente que cuente con los servicios públicos municipales de suministro de agua potable y drenaje, sea que los preste la autoridad municipal o los organismos competentes.
En caso de que la vía pública no cuente con estos servicios, el interesado estará obligado a realizar las obras necesarias para la prestación de dichos servicios, conviniendo con el municipio la dotación de los mismos.