El Senado está en marcha para activar el artículo 155 de la Constitución y el Gobierno tiene previsto celebrar una reunión del Consejo de Ministros al final de la semana para destituir a los miembros del gobierno de la Generalitat. Solo se frenará si Carles Puigdemont devuelve a Cataluña a la legalidad y renuncia a llevar al Parlament la Declaración Unilateral de Independencia. De nada serviría que Puigdemont convocara elecciones en uso de las capacidades que aún tiene durante esta semana. El Senado solo modulará la aplicación del 155 ante la improbable decisión de la Generalitat de rectificar.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, tiene aún cinco o seis días, depende de cuando comparezca finalmente en el Senado, para que se detenga el artículo 155 de la Constitución que pretende la vuelta a la legalidad constitucional y estatutaria. Si nada cambia, él y todo su gobierno serán cesados el próximo sábado tal como figurará en el Boletín Oficial del Estado. En fuentes gubernamentales se reconoce que puede pararlo si en su comparecencia se compromete a no declarar la independencia y a parar cualquier atisbo de reactivar o seguir adelante con la ley de transitoriedad que ha sido suspendida por el Tribunal Constitucional.
Hoy nada hace pensar en que haya cambios por lo que el Gobierno seguirá adelante aunque el proceso formal está ya en el Senado donde el PP tiene mayoría absoluta. La unidad de criterio se mantiene entre el Ejecutivo y el partido que lidera Pedro Sánchez a pesar de que algunos dirigentes del PSC manifiestan su disconformidad con la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
No hay datos que permitan calibrar qué hará el presidente de la Generalitat pero sí se adelanta que “el Senado tiene capacidad de adaptarse a lo que Puigdemont y el Parlament hagan”, declaró ayer la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría en Más de Uno de Onda Cero. La pregunta de qué puede hacer Puigdemont, en caso de que quisiera, para desactivar la maquinaria del Estado que llevará a su sustitución y a la de todo su gobierno, se reitera desde el pasado sábado.
No hay respuesta clara en el Gobierno al tener el presidente Carles Puigdemont la llave para desactivar el 155. Sí se adelanta lo que no servirá para frenar el proceso en marcha. Solo con convocar elecciones no será suficiente, ni mucho menos. El presidente de la Generalitat tiene margen para convocar elecciones, hasta que su cese aparezca en el BOE, como le piden el PSOE, el PSC y los comunes. Ahora bien, si a la vez esta semana en el pleno previsto por el Parlament el presidente de la Generalitat declara la independencia de Cataluña y la somete a votación de los diputados —y aunque se limitara a una declaración simbólica, sin votación—, no se mirará hacia otro lado. De nada servirá esa convocatoria si a la vez sigue dando pasos inequívocos de que no vuelve a la legalidad constitucional y estatutaria, señalan en fuentes gubernamentales. Solo una rectificación en toda regla puede hacer que el Senado la estudie, “y se module la aplicación” del 155, señalan en fuentes gubernamentales.
Esa modulación o adaptación está en manos de la Generalitat, señalan los interlocutores gubernamentales consultados. La posición de Moncloa se ha endurecido respecto a los mensajes emitidos semanas atrás, cuando se aspiraba a que Puigdemont convocara elecciones y se pasaba por alto las declaraciones “retóricas” que pudiera hacer.
En una posición más dura está también el PSOE, que exige a Puigdemont el “retorno a la legalidad” si quiere frenar el proceso en marcha y que evite cualquier tipo de declaración unilateral de independencia, aunque sea puramente simbólica. “Una declaración unilateral de independencia es inaceptable. Ni light, ni soft, ni verbal ni escrita puede servir para volver a la legalidad», aclaró ayer el portavoz de la ejecutiva, Óscar Puente.
Los socialistas requieren a estas alturas que esa vuelta al orden constitucional de Puigdemont no tenga dobleces. La voluntad de retornar a la ley ha de ser “inequívoca”. Así, “si Puigdemont convoca elecciones y las llama constituyentes manifiesta una voluntad de continuar en la ilegalidad. Eso no sirve”, especificó después Puente en conversación con EL PAÍS. “No vamos a dar marcha atrás si no hay una voluntad inequívoca. No vamos a aceptar pulpo como animal de compañía”, apostilló. El PSOE ha tomado una decisión, la de apoyar el 155 para restituir el orden constitucional en Cataluña, y la va a llevar “hasta las últimas consecuencias”, aunque consensuará siempre con el Gobierno las actuaciones según los escenarios que se presenten.
FUENTE : EL PAÍS