Demanda joven tetrapléjico a la editorial que ganó millones de dólares con su trágica historia
The Boy Who Came Back From Heaven (El niño que volvió del cielo) fue un superventas en 2010. Vendió más de un millón de copia en Estados Unidos. Reportó millones de dólares en ganancias. Contaba la historia de un niño que tuvo un accidente de tráfico, subió al Cielo, conoció a Dios, a los ángeles y al mismísimo demonio y regresó –vivo– a la Tierra.
A menudo, obras de este cariz se convierten en tremendos éxitos en Estados Unidos, un país en el que la industria de los libros religiosos generó en 2016 un negocio de 455 millones de dólares –aunque la tendencia de mercado es declinante: en 2011 el volumen de negocio era de 609 millones–.
Hoy ese libro lleva tres años retirado de las librerías, desde que el niño de la historia, Alex Malarkey, reconoció –ya con 17 años de edad; cuando se publicó tenía solo 12– que su subida y bajada del Cielo, como cabía suponer, había sido una gran mentira. Ahora, con 20 años, Malarkey, tetrapléjico desde el accidente, ha demandado a la editorial porque nunca recibió ni un dólar de regalías por sus ventas.
El libro salió firmado por Alex y por su padre, Kevin Malarkey, un terapeuta cristiano que era quien conducía el coche por el Ohio rural el día del accidente. El impacto fue brutal y al pequeño se le separó del cráneo la espina dorsal. Pero, contra todo pronóstico, sobrevivió.
El padre basó el libro en que Alex, al despertar tras dos meses en coma, con seis años, le dijo a él y a su esposa que estuvo con Dios y con Satán. En 2015, cuando admitió que todo era una fantasía, Alex dijo: «No me morí. No fui al Cielo. Lo dije porque pensé que así podría llamar la atención». «Cuando dije esas cosas yo ni había leído la Biblia. La gente debe leer la Biblia, con eso es suficiente».
La demanda sostiente que «el retrato de la experiencia de Alex cercana a la muerte que contiene ese libro es enteramente falso, porque Alex no recuerda nada del tiempo que estuvo en coma».
Actualmente, Alex Malarkey y su madre viven con estrecheces con una ayuda pública por invalidez, según la denuncia. Sus abogados responsabilizan a su padre, Kevin, de «confeccionar» la fábula que publicó Tyndale House, una de las mayores editoriales cristianas, especializada en libros de corte milagrero, y reclama a Tyndale House que pague a Alex al menos la misma cantidad que ganó con la obra y que haga lo posible por desligar su nombre de ese libro. Tyndale House se niega a revelar el dato de cuánto dinero hizo. Para ello, exige que Malarkey admita que el contrato, firmado por su padre, fue legal. Los abogados del joven estiman la cantidad en «varios millones de dólares».
Fuente: elpais.com